CubaPLUS Magazine

Stanford y La Habana, unidas por la música

By: Charly Morales Valido
Jun 29, 2017
Stanford y La Habana, unidas por la música

El concierto de la Sinfónica Juvenil de Stanford, dirigida por Anna Wittstruck, contribuyó a unir aún más a dos culturas tan afines como la estadounidense y la cubana, mediante el universal lenguaje de la música: un repertorio exigente fue asumido con valentía en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, con prémbulo de la Orquesta de Cámara de La Habana. 

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La formación cubana, dirigida por Daiana García, fue una "telonera" de lujo al interpretar la Serenata para cuerdas del británico Edward Elgar, pieza en tres movimientos que data de 1892, y dejó el ambiente listo para la magistral clase de Wittsbruck y sus chicos. Y para ponerse el listón bien alto, le entraron a Beethoven... 

La orquesta visitante interpretó con solidez los movimientos I, II y IV de la Sinfonía No. 7 del genio alemán, y luego se atrevió con un programa más contemporáneo, el "Xenófobo: en Memoria de la Democracia", del estadounidense Mark Applebaum.  

Wittstruck agradeció luego la oportunidad de tocar en Cuba y trabajar con músicos de este país, y consideró que esta presentación muestra el compromiso con el futuro y la esperanza. 

El concierto prosiguió con la música del ballet El pájaro de fuego, del ruso Igor Stravinsky, sobre la versión de 1919 del propio autor; y cerró con el Guaguancó del cubano Guido López Gavilán, bailado por la compañía danzaria de Lizt Alfonso. La ovación motivó la interpretación fuera del programa del Danzón No. 2 del mexicano Arturo Márquez.

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