La Cinemateca de Cuba inauguró un ciclo fílmico de homenaje a Vivien Leigh, la actriz británica que interpretó a Scarlett O'Hara en el clásico Lo que el Viento se Llevó, y no contenta con callarle la boca a quienes en Hollywood la creían incapaz de encarnar a la heroína sureña, ganó el Oscar en 1939.
Casi 12 años después volvió a agenciarse la estatuilla por su magistral interpretación de Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo, junto al monstruo Marlon Brando. Otras cintas suyas que serán proyectadas en La Habana son El puente de Waterloo, Lady Hamilton, Un yanqui en Oxford y Anna Karenina.
Ganadora además de un premio Tony por su participación en el musical Tovarich (1963), Leigh se maltrató tremendamente: fumaba mucho, dormía poco y destilaba más alcohol que un alambique... A los 32 años la atrapó la tuberculosis, que jamás la soltó y se la llevó a los 53, luego de crisis y períodos de depresión.
Su historia de vida parece un cliché, y quizás lo fue, pero ese combustible emocional le permitió interpretar papeles imprescindibles en la historia del cine.
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