La pertiguista Yarisley Silva y el saltador Maykel Massó aseguraron la presencia de Cuba en las finales de sus respectivas disciplinas en el Mundial de Atletismo en Londres, donde la gran atracción es, sin dudas, la última gesta de Usain Bolt.
Silva, campeona defensora del salto con garrocha, avanzó al sobrevolar los 4,55 metros, altura que falló en un primer intento. La estadounidense Jennifer Suhr, monarca olímpica y una de sus grandes rivales, fue eliminada.
El nivel general fue bajo, al punto que solo la griega Ekaterini Stefanidi saltó los 4,60 metros que partían como marca mínima para clasificar a la discusión del oro, y lo consiguió en su primer salto.
A su vez, Massó aseguró su presencia en la lucha por las medallas desde el brinco inicial, un 8,15 metros que fue el segundo mejor registro de las preliminares. "La final es otra cosa, debo estar tranquilo y enfocado. Pienso que el ganador se llevará el título con una marca entre 8,40 y 8,50 metros", comentó el cubano a Prensa Latina.
Monarca mundial de cadetes en 2015 y junior en 2016, el saltamontes de 18 años de edad aspira al podio, meta ambiciosa pero posible. Solo el checo Radek Juska saltó más que Massó, con 8,24 metros, y el sudafricano Luvo Manyonga, líder de la temporada y subcampeón olímpico, se estiró hasta los 8,12.
Por cierto, el campeón olímpico de Río-2016, el estadounidense Jeff Henderson, quedó eliminado tras conseguir un mediocre 7,84, dos centímetros menos que el otro cubano en la competencia, Juan Miguel Echevarría.
Bolt, protagonista donde quiera que va, avanzó a la siguiente ronda pese a una débil arrancada. Esta vez no celebró ni sonrió, lo cual evidencia su inconformidad con la carrea que hizo. Su principal retador, el canadiense Andre De Grasse, causó baja del certamen por lesión. &¿Quién encara ahora al Relámpago?