En un entorno en el que se conjugan la vegetación de la campiña, la belleza de la playa y los perfiles citadinos se encuentra el restaurante-bar El Bacura, donde la satisfacción del cliente es lo más importante para quienes prestan servicio en esa instalación.
Abierto de lunes a domingo de 12:00 m. hasta las 10:30 p.m., este restaurante está ubicado a unos 20 minutos del centro de la capital cubana, en la playa Celimar, muy visitada por quienes buscan alivio durante los calurosos veranos del trópico.
El salón principal es una suerte de ranchón campestre adornado con una bella cascada de agua y donde la brisa marina acaricia a los clientes mientras disfrutan de los apetitosos platos de la casa, descritos en una carta menú confeccionada fundamentalmente con recetas de la cocina cubana, aunque también incluye de la alta cocina internacional.
Un salón climatizado con capacidad de hasta 20 personas está a disposición del cliente que desee reservarlo para alguna fiesta familiar o cualquier otro festejo.
En la parte superior de El Bacura acaba de abrir sus puertas un bar de tapas, esos pequeños platillos confeccionados para acompañar la amplia variedad de cocteles que el cliente tiene a su gusto elegir y saborear mientras contempla el bello paisaje de la playa.
Si desea pasar un buen rato, en un ambiente inigualable y deleitarse con una cena deliciosa, lléguese a El Bacura y sin dudas regresará.
Algo que llama mucho la atención a los visitantes de El Bacura es que al lado de este bar-restaurante hay una caballeriza, la cual forma parte de un proyecto comunitario de rehabilitación mediante la equinoterapia, iniciado desde el año 2003.
Para Paulino García, quien dirige el restaurante y el centro de rehabilitación, la cría de caballos es algo que le apasionó desde niño y por ello ha dedicado su caballeriza, compuesta por ejemplares de pura raza, a la equinoterapia, un tratamiento sumamente útil para quienes padecen enfermedades cerebrales y motoras, en particular los niños.
El proyecto de rehabilitación está vinculado con las entidades de salud de su comunidad, ubicada en el municipio capitalino de La Habana del Este, y con la Dirección Municipal de Educación.
Cada martes y jueves acuden allí para recibir la terapia, previa evaluación de los especialistas, niños con diferentes grados de retraso mental y patologías asociadas a problemas motores. Según Paulino, la prácticas de la equinoterapia ha contribuido al mejoramiento notable de los pacientes.