Tres veces a la semana —domingo, lunes y martes— un público de todas las edades abarrota El Patio Amarillo, de Artex, en una de las edificaciones que enmarcan la Plaza de la Catedral, para participar del puro sentimiento de Juliet Abreu cuando, con el respaldo de su sexteto, interpreta piezas del repertorio tradicional cubano.
Puro sentimiento" es precisamente el nombre del espectáculo que tiene como figura central a esa mujer que en los medios artísticos ha impuesto el sobrenombre de La Papina. Sucede que es hija de Jesús Abreu, uno de los integrantes de Los Papines, el legendario cuarteto de percusión que ha sabido mantenerse en el estrellato desde que en los comienzos de la década de 1960 puso a bailar delante de sus asientos a los que seguían su actuación en el célebre teatro Olympia, de París. Desde entonces, numerosas giras internacionales —Canadá, Japón, EE.UU., España, Italia… — y más de diez discos de larga duración avalan su trayectoria.
Como su padre y sus tíos, Juliet es una buena percusionista. Es graduada del Instituto Superior de Arte, donde también ha impartido clases, al igual que en el Conservatorio Amadeo Roldán. No es raro que en ocasiones vocalice y asuma los cueros en la agrupación familiar. Lo hizo asimismo, y lo sigue haciendo esporádicamente, en la Camerata Romeu. Fue Zenaida Romeu, la directora de ese grupo, quien dio a Juliet el apelativo con que se le conoce.
Y es que ella es uno de los golpes de sangre nueva de Los Papines de siempre. Viven y trabajan tres de los integrantes del cuarteto que hace ya más cincuenta años debutó en los shows del Hotel Nacional de Cuba e hizo de la percusión un espectáculo, algo novedoso entonces. También acometen la percusión otros descendientes de los integrantes originales.
Juntos, jóvenes y menos jóvenes, están en el nuevo disco que pronto aparecerá con el sello de la Egrem, su casa disquera de siempre; se complementará con un cuadernillo que recoge una lúcida visión del grupo escrita por el periodista y crítico Pedro de la Hoz. El disco llevará el título de Rumbeando a mi manera, donde, como ya es habitual en el repertorio de Los Papines, la rumba se combina con otros elementos de la música afrocubana y de otros géneros de la música popular