La leucemia mieloide aguda (LMA) en adultos es un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce grandes cantidades de células sanguíneas anormales, es decir, que interfiere en la producción normal de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Cuba, como cualquier otro país del planeta, no está ajeno a tener pacientes con esa enfermedad y es por ello que en el en el Instituto de Hematología e Inmunología se realizó una investigación de cohorte retrospectiva entre enero de 2013 y diciembre de 2019, para evaluar los factores predictores de respuesta según las dosis utilizadas de daunorrubicina (DNR).
De acuerdo con la Dra. Yamilé Quintero Sierra, especialista de 1er. y 2do. grado en hematología, el estudio se realizó en 85 pacientes, divididos en dos grupos. Uno con 56 pacientes, en los que se aplicaron dosis altas de daunorrubicina, y el segundo de 29 enfermos, que recibieron la dosis estándar de DNR.
En el primero, se encontraron niveles de significación en variables clínicas, bioquímicas, inmunológicas y moleculares; se identificaron los predictores de RC (Respuesta Completa): ECOG menor de dos, cifras normales de creatinina, presencia de la mutación NPM1 y expresión positiva en los blastos mieloides de los antígenos CD33 y CD34.
En el grupo de dosis estándar, el factor predictor fue la expresión positiva del antígeno CD33. Los resultados arrojaron que los predictores de supervivencia global (SG) fueron la RC, las cifras normales de transaminasa glutámico oxalacética, la presencia de la mutación RUNX1RUNX1T1 y la expresión positiva del antígeno CD4 con mayor probabilidad para el grupo de dosis altas.
El esquema utilizado en el tratamiento consiste en aplicar quimioterapia que combina una antraciclina durante tres días más el arabinósido de citosina (ara-c) durante siete días, lo que se conoce como “3+7” y constituye el procedimiento estandarizado para los pacientes adultos menores de 60 años con leucemia mieloide aguda no promielocítica. Con ello se alcanzan tasas de RC entre el 60 y el 80 %, tanto en el ámbito internacional como nacional, donde la antraciclina más utilizada es la daunorrubicina.
Este, explicó la Dra Sierra, ha sido el primer estudio que se realiza en Cuba donde se identifican múltiples factores relacionados con el diagnóstico y la evolución de la enfermedad, lo que representa un importante avance en el campo de la investigación hematológica en el país.
La investigación brinda aportes teóricos si se considera que demuestra el papel de los factores inmunológicos, citogenéticos y moleculares en el pronóstico de la enfermedad y la necesidad de utilizar protocolos de tratamiento en función de los mismos, ajustados a las condiciones del país, abundó la especialista.
En la práctica, ello permite la implementación de protocolos de tratamiento con un enfoque de pronóstico más preciso en este grupo de enfermos, llevados a las características de la población cubana, lo que contribuye a lograr un mejor desempeño terapéutico y obtener un mayor número de supervivientes con menores probabilidades de recaídas, a la vez que brinda herramientas clínicas, bioquímicas, inmunológicas, citogenéticas y moleculares para el desarrollo de investigaciones sobre la LMA en el país.
En lo social, ese proceder profundiza en la atención diferenciada de los pacientes con LMA no promielocítica, posibilita su incorporación a las actividades en la sociedad, con mejor integración y mayor calidad de vida, sobre todo, a partir de la definición de factores que modifican la respuesta de la enfermedad al tratamiento, al utilizar predictores de RC y SG, en tanto se optimizan los recursos humanos y materiales en función de los pacientes, señaló finalmente la Dra. Quintero Sierra.