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Heberprot -P, medicamento único

Heberprot -P, medicamento único

Cuando se habla con cualquier científico relacionado con el desarrollo, creación o aplicación del Heberprot-P, destinado al tratamiento de pacientes con úlceras del pie diabético en estados avanzados, todos coinciden en una palabra: único.

 Y no es para menos; es cierto que constituye exclusivo en el orbe capaz de estimular la granulación y la reepitelización aceleradas en úlceras del pie diabético y reduce el tiempo de cicatrización de estas lesiones, con lo que disminuye el número de desbridamientos y el riesgo de amputación.

 Desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), su efectividad ha sido demostrada durante más de 20 años y unos 26 países lo han registrado, lo cual ha favorecido la calidad de vida de 411 275 pacientes, tratados con Heberprot-P en el mundo.

 El producto reduce el riesgo relativo de amputación en úlceras complejas del pie diabético, en más de un 50 % siempre que se cumplan tres premisas esenciales: disponibilidad de la terapia, personal médico entrenado en su uso y voluntad política para la implementación de un programa que implique el seguimiento estadístico de los casos tratados hasta lograrse el cierre final de las lesiones, o en su defecto la amputación.

 El Heberprot-P se aplica tres veces a la semana en las lesiones a tratar. El ingrediente farmacéutico activo es el factor de crecimiento epidérmico humano recombinante, (FCEhrec) un péptido de 53 aminoácidos, que al acoplarse a su receptor celular, induce procesos de anabolismo, promoviendo división, diferenciación y migración celular, elementos importantes en la formación de tejido de granulación efectivo. Es la vía de infiltración, lo que hace única a esta terapia, al aplicarse a través de inyecciones perilesionales e intralesionales, infiltrando 75 ug del (FCEhrec) para evitar su degradación debido al biofilm bacteriano y la acción de proteasas que se liberan en el entorno celular de la úlcera. Ya se ha trabajado en nuevas formulaciones para obtener resultados superiores, así como en el desarrollo de otras aplicaciones.

 El medicamento está en microesferas o nanovesículas, protegidas de las proteasas que existen en la región dañada y, por lo tanto, dura más la molécula en el sitio donde actúa y se reduce la cantidad de aplicaciones necesarias.

 Fue en 1994 cuando el científico cubano Jorge Berlanga, integrante del grupo de cicatrización del área de investigaciones biomédicas del CIGB, desarrolló un modelo en ratones para estudiar el uso del factor de crecimiento epidérmico en el manejo de la neuropatía, una de las complicaciones de la diabetes.

 Las investigaciones hasta 2001 se dedicaron a demostrar la eficacia y bioseguridad de la nueva terapia en animales, comparando las ventajas que representaba inyectar el factor de crecimiento epidérmico contra aplicarlo tópicamente en las heridas.

 Desde 2001 hasta 2005 se iniciaron y concluyeron los ensayos clínicos II y III en diferentes centros del sistema nacional de salud. Ya para 2007 el medicamento se incluyó dentro del cuadro básico de medicamentos para el manejo de UPD y prácticamente desde esa fecha hasta nuestros días, ya es una norma su uso generalizado dentro del país, aunque ya se corresponde el momento para que deje de considerarse una alternativa terapéutica en el manejo de las úlceras del pie diabético, para convertirse en la indicación terapéutica, del manejo de este tipo de lesiones.

 

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